Bollinos de mantequilla

Los bollinos de mantequilla son una deliciosa y tradicional receta de la cocina española. Estos pequeños panecillos de mantequilla son perfectos para acompañar el café o té de la tarde, o incluso como desayuno. Su suave textura y sabor a mantequilla los hacen irresistibles para cualquier paladar.

Origen de los bollinos de mantequilla.

Los bollinos de mantequilla tienen su origen en la región de Asturias, en el norte de España. Se cree que surgieron en el siglo XVIII, cuando los hornos de leña comenzaron a ser utilizados en las casas. La mantequilla, un ingrediente relativamente nuevo en la cocina asturiana, se convirtió en un elemento clave en la elaboración de estos panecillos. Con el paso del tiempo, los bollinos de mantequilla se han convertido en un plato típico de la gastronomía asturiana y se pueden encontrar en panaderías y pastelerías de toda España. Ingredientes y preparación. Los bollinos de mantequilla son una receta sencilla que requiere pocos ingredientes. Para prepararlos, necesitaremos harina, mantequilla, azúcar, huevos, levadura y una pizca de sal. Primero, se mezcla la harina con la levadura y la sal en un recipiente. Luego, se agrega la mantequilla a temperatura ambiente y se amasa hasta obtener una textura suave y homogénea.

Después, se añade el azúcar y los huevos, y se sigue amasando hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. La masa se deja reposar durante una hora en un lugar cálido y cubierta con un paño húmedo.

Una vez que haya duplicado su tamaño, se forman pequeñas bolas y se colocan en una bandeja de horno engrasada.

Se hornean durante unos 15 minutos a 180°C, hasta que estén dorados. Una vez listos, se dejan enfriar antes de servir.

Variantes de los bollinos de mantequilla.

Aunque la receta original de los bollinos de mantequilla es la descrita anteriormente, existen algunas variaciones que pueden darle un toque diferente a estos deliciosos panecillos.

Por ejemplo, en lugar de utilizar solo mantequilla, se puede agregar también un poco de leche o crema para obtener una masa más suave y esponjosa.

También se pueden añadir frutos secos, como nueces o pasas, para dar.